ambienteDebe ser reservado con un corazón predispuesto y paciente.¿Sabes qué clase de hombre soy para ti?Aquel que estará en tus sueños caminantePorque para siempre quiero adorarte. Stephany las veinticuatro horas yo las divido así: diecinueve para pensar en ti y las otras cinco para soñar contigo.En realidad con el solo hecho de verte allí parada aun así sea un desierto puedes llenarlo de vidaPorque de mis problemas eres la salidaOpinaba antes que la vida no valíaPero jamás sentiré tus manos frías.Dios mío me has mandado una Diosa desde el cieloporque de mis lágrimas eres mi consuelo.Pero tú y yo y te lo prometo jamás nos quedaremos en el suelo. Te adoro con toda mi alma.
Entre dos piedras molares nunca metas los pulgares
No se puede poseer mayor gobierno, ni menor, que el de uno mismo.
Las palabras son de plata. El silencio es de oro. Perdóname, he hablado un poco más.
Nada hay como un suspiro intercalado y entre suspiro y suspiro la melodía ininterrumpida.
Quien tiene menos de lo que desea, ha de saber que tiene más de lo que vale
Los hombres que fingen estar enamorados consiguen más que los que verdaderamente lo están
Sentado en una barril de pólvora y fumándo cartuchos de dinamita.
Amigo del buen tiempo, múdese con el viento.
La cigarra, nada revela en su canto que debe morir mañana.
Ni el hombre más bravo puede luchar más allá de lo que le permiten sus fuerzas.
Nada graba tan fijamente en nuestra memoria alguna cosa como el deseo de olvidarla.
Entre dos piedras molares nunca metas los pulgares
No se puede poseer mayor gobierno, ni menor, que el de uno mismo.
Las palabras son de plata. El silencio es de oro. Perdóname, he hablado un poco más.
Nada hay como un suspiro intercalado y entre suspiro y suspiro la melodía ininterrumpida.
Quien tiene menos de lo que desea, ha de saber que tiene más de lo que vale
Los hombres que fingen estar enamorados consiguen más que los que verdaderamente lo están
Sentado en una barril de pólvora y fumándo cartuchos de dinamita.
Amigo del buen tiempo, múdese con el viento.
La cigarra, nada revela en su canto que debe morir mañana.
Ni el hombre más bravo puede luchar más allá de lo que le permiten sus fuerzas.
Nada graba tan fijamente en nuestra memoria alguna cosa como el deseo de olvidarla.