suicidio uno la toma contra uno mismo, en la crítica teatral la toma contra cualquier otro.
Fuiste verdad visible, combustión, palabras que mis manos llovían sin descanso desde el temblor de un vértigo insondable.
Dios, aunque invisible, tiene siempre una mano tendida para levantar por un extremo la carga que abruma al pobre.
Ir a la guerra, navegar y casar, no se ha de aconsejar.
Una de las mayores desgracias de las personas honestas es que son cobardes.
Con las bayonetas, todo es posible. Menos sentarse encima.
Hay millones de facetas de la verdad, pero una sola verdad
Fuiste verdad visible, combustión, palabras que mis manos llovían sin descanso desde el temblor de un vértigo insondable.
Dios, aunque invisible, tiene siempre una mano tendida para levantar por un extremo la carga que abruma al pobre.
Ir a la guerra, navegar y casar, no se ha de aconsejar.
Una de las mayores desgracias de las personas honestas es que son cobardes.
Con las bayonetas, todo es posible. Menos sentarse encima.
Hay millones de facetas de la verdad, pero una sola verdad