hora en el edificio Compasión y nos amamos intensamente. De la misma forma que nunca hablábamos de nuestra situación, del hecho de que yo fuera a comprometerme, ni tampoco de qué pasaría con nosotros después, nos manteníamos alejados de cualquier cosa que pudiera recordárnoslo.
La mayoría de los hombres emplean la primera parte de la vida en hacer miserable el resto de ella.
El amor mundano apega a esta vida; el amor divino por la otra suspira. Sin ti, Dios eterno, ¿Quien puede vivir?
Es la dicha y es una, la de los dos y es grave y es infinita y es sin límites total eterna mientras dura.
En esta vida algunos hombres nacen mediocres, otros logran mediocridad y a otros la mediocridad les cae encima.
En un hombre eminente es loca pretensión pensar escapar a la censura, y debilidad es ser deprimido por ella
Los pueblos han de tener una picota para quien les azuza a odios inútiles; y otra para quien no les dice a tiempo la verdad.
Cuando uno está dominado por el lujo, la privación de lo superfluo le es casi tan sensible como la falta de lo necesario
En una sociedad monitoreada por scaners no puedes pretender ser otra persona.
Dices que soy una niña, será por mi forma de ser; porque siendo una niña te quiero, como toda una mujer.
No hay mayor felicidad que la de estar vivo y saber que esa llama de vida que arde en nuestras almas es útil a los demás.
La mayoría de los hombres emplean la primera parte de la vida en hacer miserable el resto de ella.
El amor mundano apega a esta vida; el amor divino por la otra suspira. Sin ti, Dios eterno, ¿Quien puede vivir?
Es la dicha y es una, la de los dos y es grave y es infinita y es sin límites total eterna mientras dura.
En esta vida algunos hombres nacen mediocres, otros logran mediocridad y a otros la mediocridad les cae encima.
En un hombre eminente es loca pretensión pensar escapar a la censura, y debilidad es ser deprimido por ella
Los pueblos han de tener una picota para quien les azuza a odios inútiles; y otra para quien no les dice a tiempo la verdad.
Cuando uno está dominado por el lujo, la privación de lo superfluo le es casi tan sensible como la falta de lo necesario
En una sociedad monitoreada por scaners no puedes pretender ser otra persona.
Dices que soy una niña, será por mi forma de ser; porque siendo una niña te quiero, como toda una mujer.
No hay mayor felicidad que la de estar vivo y saber que esa llama de vida que arde en nuestras almas es útil a los demás.