casas, la ciudad; las fachadas bastan. Las ciudades clásicas están basadas en un instinto opuesto al doméstico. La gente construye la casa para vivir en ella y la gente funda la ciudad para salir de la casa y encontrarse con otros que también han salido de la suya
La voz de la conciencia es tan delicada que es fácil de suprimirla; pero es también tan vacía que es imposible errarle.
Qué triste le pone siempre a uno la alegría de los tontos, en el manicomio como en el fútbol o en la tele.
El genio, ese poder que deslumbra a los ojos humanos, no es a menudo otra cosa que perseverancia bien disfrazada.
Me siento un constructor de Cataluña, un constructor de mi país, un constructor de la nación catalana
No hay cincuenta maneras de combatir, sólo hay una, vencer. Ni la revolución ni la guerra consisten en auto compadecerse.
La proporción es la clave de la belleza.
Sólo conoce el amor quien ama sin esperanza.
Que el agua es mejor que el vino, lo dice sólo el pollino.
Quien pensaría que un simple rey dictador podría convertirse en un gobernante justo.
Bajando los campos sembrados saturándolos el agua en otoño.
La voz de la conciencia es tan delicada que es fácil de suprimirla; pero es también tan vacía que es imposible errarle.
Qué triste le pone siempre a uno la alegría de los tontos, en el manicomio como en el fútbol o en la tele.
El genio, ese poder que deslumbra a los ojos humanos, no es a menudo otra cosa que perseverancia bien disfrazada.
Me siento un constructor de Cataluña, un constructor de mi país, un constructor de la nación catalana
No hay cincuenta maneras de combatir, sólo hay una, vencer. Ni la revolución ni la guerra consisten en auto compadecerse.
La proporción es la clave de la belleza.
Sólo conoce el amor quien ama sin esperanza.
Que el agua es mejor que el vino, lo dice sólo el pollino.
Quien pensaría que un simple rey dictador podría convertirse en un gobernante justo.
Bajando los campos sembrados saturándolos el agua en otoño.