del banco de arena sin desear estar a bordo del barco o tener alas, no como una paloma, para irme volando y descansar, sino como una gaviota, para meterme en el corazón mismo de una tormenta.
- Pero escaparse de clase para ir ahí, suena como algo que un rufián haría.
- Tranquilo, no es tan malo como venir a la ciudad a matar a alguién.
Imposible o no, ¿piensas rendirte antes de haberlo intentado?
La muerte es el puerto de todos los dolores.
La obra de arquitectura no se experimenta en forma aislada, pertenece a un lugar, a un ahí concreto y a un así particular.
Al que de ajeno se viste, en la calle lo desnudan
Miren y aprendan de las chicas del mundo de los videojuegos, esas sensibles y hermosas existencias perfectas.
- Pero escaparse de clase para ir ahí, suena como algo que un rufián haría.
- Tranquilo, no es tan malo como venir a la ciudad a matar a alguién.
Imposible o no, ¿piensas rendirte antes de haberlo intentado?
La muerte es el puerto de todos los dolores.
La obra de arquitectura no se experimenta en forma aislada, pertenece a un lugar, a un ahí concreto y a un así particular.
Al que de ajeno se viste, en la calle lo desnudan
Miren y aprendan de las chicas del mundo de los videojuegos, esas sensibles y hermosas existencias perfectas.