A Maj-Britt
Estas noches de lluvia las oigo en los cristales,estas noches de viento y no puedo moverme.
A la puerta del miedo vigila el celador,
prisionero infantil, no se desencadene.
Otras noches de lluvia profunda en los cristales,
otras noches de viento y vuelvo a interrogar.
Porque todo era inútil he cambiado de dueño,
a la puerta del sueño, dama de claridad.
Pero aún pudo verte, un eco
que caería a tientas
con la antena de las palabras, lomo
de la separación.
Su rostro suavemente resignado,
la lámpara que ardiera;
mas de repente surge
dentro de mí una llama
en que susurras con dolor. No. Nunca.
que caería a tientas
con la antena de las palabras, lomo
de la separación.
Su rostro suavemente resignado,
la lámpara que ardiera;
mas de repente surge
dentro de mí una llama
en que susurras con dolor. No. Nunca.