Creer es mejor que desconfiar. Una persona no nace con la amabilidad. Las

cualidades innatas son: codicia, glotonería, el deseo de poseer. En otras palabras, sólo traen los instintos de supervivencia básicos. La amabilidad no es lo mismo que cuando creces. Es como la mente que crece dentro de uno mismo. Es una consciencia. Por esto es por lo que cada uno tiene una forma diferente. El deseo nos llega al nacer, así que es fácil de comprender. Pero la amabilidad es algo que todo el mundo tiene que crear con sus propias manos.

Rechazar todo lo que nos impide acercarnos con respeto al misterio, a lo inexpresivo, a la inefable dignidad del hombre, a la magia de su densidad, a los mundos desconocidos por todos e intuidos por pocos, acercarnos con respeto al nudo de lo inexpresable que es el corazón de los demás.

El silencio es el ruido más fuerte, quizás el más fuerte de los ruidos.

Cuando hablamos del derecho a la vida, o al desarrollo, a disentir o a la diversidad, estamos hablando de la tolerancia. La tolerancia promovida, protegida y venerada asegurará la libertad. Sin ella, no podemos asegurarnos de ninguna. En las palabras de un hombre sabio: la fe produce respeto, y el fanatismo provoca el odio.

La soledad es muy bonita cuando tienes con quien compartirla.

La juventud es un defecto que se corrige con el tiempo

No busques fuera de ti mismo.

Por tus gritos tan fuertes, no puedo escuchar lo que estás diciendo.

Yo amo la verdad, quiero y deseo que todos me la digan.

Los que superan sus deseos una vez, pueden superarlos siempre.