volver nunca. Se encarniza entonces sobre el momento, se traga el fuego, y el fuego dulce arde, arde, flamea. Entonces, ella, que sabe que todo va a acabar, coge la mano libre del hombre, y la enlaza con la suya, ella dulce arde, arde, flamea.
Tenía un pie en la ilusión obligada y otro en la realidad secreta.
Esta bien, es diferente a la justicia, el amor no tiene que ganar siempre.
Voy sobre los abismos, bajo el cielo, en Pegaso volando, atento al ritmo de mi música interna.
Hace falta mucho arte para crear algo que parezca desprovisto de arte
Me desconcierta tanto pensar que Dios existe, como que no existe.
Nadie es tan pobre que no pueda regalar una sonrisa ni tan rico que no la necesite.
Tenía un pie en la ilusión obligada y otro en la realidad secreta.
Esta bien, es diferente a la justicia, el amor no tiene que ganar siempre.
Voy sobre los abismos, bajo el cielo, en Pegaso volando, atento al ritmo de mi música interna.
Hace falta mucho arte para crear algo que parezca desprovisto de arte
Me desconcierta tanto pensar que Dios existe, como que no existe.
Nadie es tan pobre que no pueda regalar una sonrisa ni tan rico que no la necesite.