alguna reyerta, oiréis sanar una media docena de puñetazos y todo ha concluido; asistid a una romería española y sino veis brillar la traidora navaja y enrojecerse en el suelo, seguros podéis estar de que aquél día el sol ha salido por el Oeste.
Franco tenía el culo blanco; pero no porque su mujer se lo lavara con Ariel, sino porque siempre estaba cara al sol.
Por sus logros en el desarrollo social, Cuba debería ser la envidia de las naciones mucho más ricas.
Si me enamoro pierdo la cabeza, si me desenamoro el corazón, y yo me pregunto, ¿recuperaré los dos?
Si lo único que te gusta es destruir... Únete a mí y en vez de eso... Destruyamos este mundo.
A los preparados no se les desea suerte: sólo éxitos; la suerte es para los indecisos: él éxito para los arriesgados.
La gente razista es una verguenza para el mundo...
Quería que tuvieras la perspectiva correcta. La ciudad, los suburbios.
No importa lo elocuente que ladre un perro; nunca podrá decirte que sus padres fueron pobres pero no honestos
Muchas personas se pierden las pequeñas alegrías mientras aguardan la gran felicidad.
Llueve copiosamente sobre mi cara y sólo pienso en tu lejano amor mientras cobijo con todas mis fuerzas, la esperanza.
Franco tenía el culo blanco; pero no porque su mujer se lo lavara con Ariel, sino porque siempre estaba cara al sol.
Por sus logros en el desarrollo social, Cuba debería ser la envidia de las naciones mucho más ricas.
Si me enamoro pierdo la cabeza, si me desenamoro el corazón, y yo me pregunto, ¿recuperaré los dos?
Si lo único que te gusta es destruir... Únete a mí y en vez de eso... Destruyamos este mundo.
A los preparados no se les desea suerte: sólo éxitos; la suerte es para los indecisos: él éxito para los arriesgados.
La gente razista es una verguenza para el mundo...
Quería que tuvieras la perspectiva correcta. La ciudad, los suburbios.
No importa lo elocuente que ladre un perro; nunca podrá decirte que sus padres fueron pobres pero no honestos
Muchas personas se pierden las pequeñas alegrías mientras aguardan la gran felicidad.
Llueve copiosamente sobre mi cara y sólo pienso en tu lejano amor mientras cobijo con todas mis fuerzas, la esperanza.