La riqueza, aun sin merecimientos, inspira reverencia hasta a gentes desinteresadas, porque acaso les sugiere
la idea de los grandes proyectos que permite realizar.
El hombre rara vez es sincero cuando afirma haber obtenido los favores de una mujer; la mujer rara vez es sincera cuando niega haber concedido sus favores a un hombre
La tontería es infinitamente mas fascinante que la inteligencia. La inteligencia tiene un límite, la tontería no.
La fuerza de mis brazos que te agobian tan dulcemente, el gran beso insaciable que se bebe a sí mismo.
La maldad está entre nosotros, pero no en uno mismo.
No todo término merece el nombre de fin, sino tan sólo el que es óptimo.
La elocuencia de corto alcance es naturalmente la del pueblo y la de los niños, y admite expresiones ricas, más ricas incluso que la otra.
Las palabras son símbolos que postulan una memoria compartida
El hombre rara vez es sincero cuando afirma haber obtenido los favores de una mujer; la mujer rara vez es sincera cuando niega haber concedido sus favores a un hombre
La tontería es infinitamente mas fascinante que la inteligencia. La inteligencia tiene un límite, la tontería no.
La fuerza de mis brazos que te agobian tan dulcemente, el gran beso insaciable que se bebe a sí mismo.
La maldad está entre nosotros, pero no en uno mismo.
No todo término merece el nombre de fin, sino tan sólo el que es óptimo.
La elocuencia de corto alcance es naturalmente la del pueblo y la de los niños, y admite expresiones ricas, más ricas incluso que la otra.
Las palabras son símbolos que postulan una memoria compartida