que viven entre la existencia y la inexistencia, sagrado y malvado, vida y muerte...
Pero el poderoso enemigo de las perturbaciones mentales en un solo instante puede condenarme a ese lugar donde hasta las cenizas del Monte Meru serán consumidas sin dejar rastro alguno.
No existe la felicidad absoluta. La felicidad terrenal consiste en que la desgracia no nos visite con demasiada regularidad.
Asumo toda la responsabilidad de mis acciones. Admito también que hay algunos asuntos personales a los que me tengo que enfrentar.
Ukyo es mi nombre y okonomiyaki es mi juego. Encantada estoy, sin duda.
Songo le dio a Borondongo y Borondongo le dio a Bernabe...azúcar, dulce doble matanza.
La mayor frustración, es cuando uno sabe todas las respuestas, pero nadie le hace la pregunta.
Pero el poderoso enemigo de las perturbaciones mentales en un solo instante puede condenarme a ese lugar donde hasta las cenizas del Monte Meru serán consumidas sin dejar rastro alguno.
No existe la felicidad absoluta. La felicidad terrenal consiste en que la desgracia no nos visite con demasiada regularidad.
Asumo toda la responsabilidad de mis acciones. Admito también que hay algunos asuntos personales a los que me tengo que enfrentar.
Ukyo es mi nombre y okonomiyaki es mi juego. Encantada estoy, sin duda.
Songo le dio a Borondongo y Borondongo le dio a Bernabe...azúcar, dulce doble matanza.
La mayor frustración, es cuando uno sabe todas las respuestas, pero nadie le hace la pregunta.