en lo que se convirtió, en la magia del primitivo, el acontecimiento nuevo, terrible: la aparición del todo en lo particular.
En fin de cuentas, lo que se me proponía era que cambiase mis quimeras, preñadas de infinita grandeza, por realidades que carecían de valor, por lo menos aparentemente.
Tu juventud es seguridad para mi vejez
Hay una locura, hija de la desesperación, a la que todo debe excusarse
La fuerza no puede jamás persuadir a los hombres; sólo logra hacerlos hipócritas.
El corazón sabe algo más porque me duele.
El sentimiento es un flor delicada, manosearla es marchitarla.
En fin de cuentas, lo que se me proponía era que cambiase mis quimeras, preñadas de infinita grandeza, por realidades que carecían de valor, por lo menos aparentemente.
Tu juventud es seguridad para mi vejez
Hay una locura, hija de la desesperación, a la que todo debe excusarse
La fuerza no puede jamás persuadir a los hombres; sólo logra hacerlos hipócritas.
El corazón sabe algo más porque me duele.
El sentimiento es un flor delicada, manosearla es marchitarla.