que se le habían caído los dientes del bolsillo de la camisa, tardó casi una hora en encontrarlos, y que cuando los encontró, no valía la pena haberlos encontrado.
El escritor es un insensato que, no contento con haber aburrido a los que han vivido con él, se obstina en atormentar a las generaciones venideras.
Después del crisantemo a parte el largo nabo Nada.
Le da siempre algún recelo, al calvo que pierde un pelo.
Aunque no es exacto lo que decía Kant: No se aprende filosofía, sólo se aprende a filosofar, resulta absolutamente cierto que sólo se aprende filosofía poniéndose a filosofar.
No está bien ocultar la propia ignorancia, sino descubrirla y ponerle remedio
La multitud no envejece ni adquiere sabiduría: siempre permanece en la infancia.
El escritor es un insensato que, no contento con haber aburrido a los que han vivido con él, se obstina en atormentar a las generaciones venideras.
Después del crisantemo a parte el largo nabo Nada.
Le da siempre algún recelo, al calvo que pierde un pelo.
Aunque no es exacto lo que decía Kant: No se aprende filosofía, sólo se aprende a filosofar, resulta absolutamente cierto que sólo se aprende filosofía poniéndose a filosofar.
No está bien ocultar la propia ignorancia, sino descubrirla y ponerle remedio
La multitud no envejece ni adquiere sabiduría: siempre permanece en la infancia.