el vacío a golpe de imperativos personales y, súbitamente, nuestra vida se ha vuelto espeluznante.
Mejor que el hombre entiende a los niños la mujer; pero el hombre es más niño que la mujer.
Siempre la fortuna es propicia a los fuertes
Los contrarios, fracaso o éxito, libertad o destino, son igual que el pez que se muerde la cola.
La lucha es dura y es larga. Luchemos. Es menester que vivamos de nosotros mismos, que cada uno encuentre en sí mismo la razón de su vida, de su fuerza, de su acción. Las ideas iluminan; los hechos emancipan
A mí me enseñaron en la escuela que nunca se debe empezar una frase sin saber el final de la misma
Me ha salvado la vida. Es mi deber ayudarla, aunque ella sea en parte un monstruo.
Mejor que el hombre entiende a los niños la mujer; pero el hombre es más niño que la mujer.
Siempre la fortuna es propicia a los fuertes
Los contrarios, fracaso o éxito, libertad o destino, son igual que el pez que se muerde la cola.
La lucha es dura y es larga. Luchemos. Es menester que vivamos de nosotros mismos, que cada uno encuentre en sí mismo la razón de su vida, de su fuerza, de su acción. Las ideas iluminan; los hechos emancipan
A mí me enseñaron en la escuela que nunca se debe empezar una frase sin saber el final de la misma
Me ha salvado la vida. Es mi deber ayudarla, aunque ella sea en parte un monstruo.