A veces,
cuando las luces se apagany se termina la música,
y se me obliga a quedarme sola
con mi enfermedad y mi mundo suspendido.
A veces,
tú entras silenciosamente
y dándome un beso
realizas el milagro
y me haces dormir en paz.
Desenfrenados, airosos,
surgen en el alma los deseos
que el cuerpo por las noches calma.
Claman piedad.
Gritan "ya basta".
Un "nomeolvides",
un "parasiempre"
surgen del alma de los amantes.
Desenfrenados, airosos,
saltan desde su piel los anhelos
que el alma por la mañana
calma.
Ellos,
siempre tan desenfadados,
los amantes,
abriendo el desparpajo de la vida
fundiendo su condición,
no renegando de ella.
surgen en el alma los deseos
que el cuerpo por las noches calma.
Claman piedad.
Gritan "ya basta".
Un "nomeolvides",
un "parasiempre"
surgen del alma de los amantes.
Desenfrenados, airosos,
saltan desde su piel los anhelos
que el alma por la mañana
calma.
Ellos,
siempre tan desenfadados,
los amantes,
abriendo el desparpajo de la vida
fundiendo su condición,
no renegando de ella.
ECOS
Espinosos retumban los ecos del pasado.
Reiteran a sabiendas mi dolor.
Nutro fertilidades
para no agonizar masticando ahogos de tristeza,
y tomo mi escafandra:
este presente de vuelos y cánticos
de finos y coloridos pájaros.
Leves se disuelven las nostalgias pétreas,
quedándome sempiternos azules y oros.
Jamás permitiré que mis vísceras
vuelvan a los ocres y grises:
no se retroalimentarán en mi.
Reiteran a sabiendas mi dolor.
Nutro fertilidades
para no agonizar masticando ahogos de tristeza,
y tomo mi escafandra:
este presente de vuelos y cánticos
de finos y coloridos pájaros.
Leves se disuelven las nostalgias pétreas,
quedándome sempiternos azules y oros.
Jamás permitiré que mis vísceras
vuelvan a los ocres y grises:
no se retroalimentarán en mi.