¿cuántas galerías, corredores, salas de espera
aguardando que los Poderosos me hablarancon muecas de tristeza y señas falsas
torciendo mi vida?. Yo quería decirles:
señor, no es mi vida una vara flexible
o un caño de aluminio. No puede torcerse a placer.
piense usted que es la vida de un ser humano
pero disponía de algunos segundos para hablar con los
Poderosos
y las palabras se atropellaban para salir.
Según pude conocer por los resultados nunca dije nada
particularmente eficaz. Sólo me derivaban hacia otras
galerías, corredores, salas de espera
donde las secretarias, los adulones, los mayordomos
me atendían con muecas de desprecio
el tiempo se consumía en mi descenso
en mi caída libre y lenta.
el ángel vino a mí de pronto, me protegió
tenía el rostro de mi madre: hijo, has vuelto
a vivir. Tenía algún tiempo más, supuse,
he de enmendar mis criterios, los actos deben
ser cambiados. Pero permanecí irreductible
hoy podría haber sido ayer o quizás mañana
nada cambiaría, en todo caso
hubiera sido un accidente más, una pequeña nota
en los periódicos, algún obituario,
vendría el carpintero a reparar la madera
el vidriero cambiaría el vidrio por uno nuevo, brillante,
la trampa estaría servida otra vez
dando trabajo a otro ángel. Vés, no quieres reconocer
cuando te equivocas. Lo sé, madre, es que siempre
he vivido equivocado. No sé vivir de otra manera.
tenía el rostro de mi madre: hijo, has vuelto
a vivir. Tenía algún tiempo más, supuse,
he de enmendar mis criterios, los actos deben
ser cambiados. Pero permanecí irreductible
hoy podría haber sido ayer o quizás mañana
nada cambiaría, en todo caso
hubiera sido un accidente más, una pequeña nota
en los periódicos, algún obituario,
vendría el carpintero a reparar la madera
el vidriero cambiaría el vidrio por uno nuevo, brillante,
la trampa estaría servida otra vez
dando trabajo a otro ángel. Vés, no quieres reconocer
cuando te equivocas. Lo sé, madre, es que siempre
he vivido equivocado. No sé vivir de otra manera.