A Paco Figueroa
Errante, sin moverme, en mi desierto
le hallé sin encontrarle. Su presencia
es el propio trasunto de la ausencia
envuelta en las verdades de lo incierto.
Pasa quedando. Cierra y deja abierto.
Es el solo poder de la impotencia
y su existir, la pura inexistencia
en la perpetuidad de lo ya muerto.
Vino en mi sin buscarme, y sin tenerle,
la llevo en mí visible y escondida
y estoy viéndole siempre aunque sin verle
que en este mi infortunio está mi suerte:
pues llevando mi muerte entre mi vida,
es inmortal la vida de mi muerte.
San Salvador. 1942
Mujer y ángel que en lo femenino
De lo corpóreo que hay en tu existencia,
Anticipa a mi opaca inteligencia
Cómo está conformado un ser divino.
Fruto de la poesía, flor y trino,
Pureza niña, de lo niño esencia,
Que mostrando celeste consistencia
Designio astral oculta en su destino.
Como revelación de ignoto arcano,
hecha del germen mismo de lo tierno,
eres misterio que al misterio humano
aclara en tí su gema donde quiso
mostrar la vida su prodigio eterno
para que en tí yo viera el paraíso.
De lo corpóreo que hay en tu existencia,
Anticipa a mi opaca inteligencia
Cómo está conformado un ser divino.
Fruto de la poesía, flor y trino,
Pureza niña, de lo niño esencia,
Que mostrando celeste consistencia
Designio astral oculta en su destino.
Como revelación de ignoto arcano,
hecha del germen mismo de lo tierno,
eres misterio que al misterio humano
aclara en tí su gema donde quiso
mostrar la vida su prodigio eterno
para que en tí yo viera el paraíso.