permite alcanzar metas desconocidas, te dice que no hay sueños imposibles, sino pruebas a superar. Estará allí cuando caigas y triunfes. No te valora por tu estatus, tu familia, ni tu dinero, sino por aquel hombre que ella misma te a ayudado a descubrir
Todos eran débiles, tanto justos como pecadores. La única diferencia era que un hombre miserable, cuando realizaba una buena acción, se vanagloriaba de ella toda la vida, mientras que un hombre justo no reparaba en sus buenas acciones, pero recordaba durante años un pecado cometido
La magia de escribir un libro está en su destino insospechado, puede ser la basura.
La síntesis entre catolicidad y unidad es una sinfonía, no es uniformidad. Lo dijeron los Padres de la Iglesia. Babilonia era uniformidad, y la técnica crea uniformidad. La fe, como se ve en Pentecostés en donde los apóstoles hablan todos los idiomas, es sinfonía, es pluralidad en la unidad.
El amor entra con cantos y sale con llantos
Las pruebas pesan más en la balanza de la justicia que los más elocuentes discursos
Al final nos ahorcamos con los cabos sueltos de la vida.
Cuando muera, voy a donar mi cuerpo a la ciencia-ficción.
Lo malo de ser viejo es que uno no tiene cómo defenderse.
Un hombre obstinado no tiene opiniones, sino éstas a él.
Todos eran débiles, tanto justos como pecadores. La única diferencia era que un hombre miserable, cuando realizaba una buena acción, se vanagloriaba de ella toda la vida, mientras que un hombre justo no reparaba en sus buenas acciones, pero recordaba durante años un pecado cometido
La magia de escribir un libro está en su destino insospechado, puede ser la basura.
La síntesis entre catolicidad y unidad es una sinfonía, no es uniformidad. Lo dijeron los Padres de la Iglesia. Babilonia era uniformidad, y la técnica crea uniformidad. La fe, como se ve en Pentecostés en donde los apóstoles hablan todos los idiomas, es sinfonía, es pluralidad en la unidad.
El amor entra con cantos y sale con llantos
Las pruebas pesan más en la balanza de la justicia que los más elocuentes discursos
Al final nos ahorcamos con los cabos sueltos de la vida.
Cuando muera, voy a donar mi cuerpo a la ciencia-ficción.
Lo malo de ser viejo es que uno no tiene cómo defenderse.
Un hombre obstinado no tiene opiniones, sino éstas a él.