hacer; aunque aveces pienso que no quiero olvidarte,y todo me obliga a recordarte .cualquier canción, frase ,ruido, silencio; todo me recuerda a ti.amor mio , no sabes la falta que me haces ;no sabes lo que me duele tu actitud.Dime de nada sirvió mi amor por ti??Dime que es orgullo lo que tienes, y que me amas y no me olvidas, pero espero ,espero y pasan los días y tu de mi ni te acuerdas.y yo con este dolor que no cesa, que no me deja vivir, no me da hambre, no duermo y siento que esto es eterno.amor mio dime si es imposible el OLVIDARTE
A los seis años quería ser cocinero. A los siete quería ser Napoleón. Mi ambición no ha hecho más que crecer; ahora sólo quiero ser Salvador Dalí y nada más. Por otra parte, esto es muy difícil, ya que, a medida que me acerco a Salvador Dalí, él se aleja de mí
-¿Qué haría si pudiera volver a vivir toda su vida? :-Probar más posiciones.
Me gustaban las aventuras fantásticas, me gustaba asustarme leyendo, pasar miedo sabiendo que al final todo acabaría bien. Mis padres viajaban mucho y yo solo recuerdo una constante en mi infancia: los libros, ellos me proporcionaban una seguridad que hoy, cuando vuelvo a ellos, sigue intacta.
Si sabes que esos dolores -físicos o morales- son purificación y merecimiento, bendícelos
Jabón e hilo negro, todo es para la ropa
Déjenlo todo, nuevamente láncense a los caminos.
Los únicos que ven el final de la guerra son los muertos.
La vida se ve mejor a los 93 años... compruébenlo
No se preocupe por la lengua. Cuando ríes, no se nota el acento.
A los seis años quería ser cocinero. A los siete quería ser Napoleón. Mi ambición no ha hecho más que crecer; ahora sólo quiero ser Salvador Dalí y nada más. Por otra parte, esto es muy difícil, ya que, a medida que me acerco a Salvador Dalí, él se aleja de mí
-¿Qué haría si pudiera volver a vivir toda su vida? :-Probar más posiciones.
Me gustaban las aventuras fantásticas, me gustaba asustarme leyendo, pasar miedo sabiendo que al final todo acabaría bien. Mis padres viajaban mucho y yo solo recuerdo una constante en mi infancia: los libros, ellos me proporcionaban una seguridad que hoy, cuando vuelvo a ellos, sigue intacta.
Si sabes que esos dolores -físicos o morales- son purificación y merecimiento, bendícelos
Jabón e hilo negro, todo es para la ropa
Déjenlo todo, nuevamente láncense a los caminos.
Los únicos que ven el final de la guerra son los muertos.
La vida se ve mejor a los 93 años... compruébenlo
No se preocupe por la lengua. Cuando ríes, no se nota el acento.