sufre a causa del bien que hace, él es muy bueno, si él sufre a manos de aquellos a quienes ha hecho el bien, entonces su bondad es tan grande que se podría puede mejorar sólo por mayores sufrimientos, y si había de morir a manos de ellos, su virtud no puede ir más allá: es heroico, es perfecto.
Los hombres nos son los únicos a los que les da miedo comprometerse.
La teoría es asesinada tarde o temprano por la experiencia.
A olla que hierve ninguna mosca se atreve.
No vayas por caminos ya andados, de lo contrario nunca dejarás tus huellas en el suelo.
Más vale guelgo de mama, que leche de ama.
Si tocas una melodía de jazz y las personas no mueven los pies, no la toques más.
Ni firmes sin leer, ni hables sin ver
La fiel evidencia de que Dios existe son las mujeres.
Cuida los minutos, pues las horas ya cuidarán de sí mismas
Nosotros ya no volveremos a pintar el bosque o el caballo como nos gustan o nos parecen, sino como realmente son, como el bosque o el caballo sienten, su esencia absoluta que vive detrás de las apariencias que vemos. Yo intento sentir de modo panteísta el temblor y el bullir de la sangre en la naturaleza, en los árboles, en los animales, en el aire...
Para los celos, no hay nada más terrible que la risa.
Los hombres nos son los únicos a los que les da miedo comprometerse.
La teoría es asesinada tarde o temprano por la experiencia.
A olla que hierve ninguna mosca se atreve.
No vayas por caminos ya andados, de lo contrario nunca dejarás tus huellas en el suelo.
Más vale guelgo de mama, que leche de ama.
Si tocas una melodía de jazz y las personas no mueven los pies, no la toques más.
Ni firmes sin leer, ni hables sin ver
La fiel evidencia de que Dios existe son las mujeres.
Cuida los minutos, pues las horas ya cuidarán de sí mismas
Nosotros ya no volveremos a pintar el bosque o el caballo como nos gustan o nos parecen, sino como realmente son, como el bosque o el caballo sienten, su esencia absoluta que vive detrás de las apariencias que vemos. Yo intento sentir de modo panteísta el temblor y el bullir de la sangre en la naturaleza, en los árboles, en los animales, en el aire...
Para los celos, no hay nada más terrible que la risa.