una mayor dosis de libertad que en aquél. Desde luego, el arte funciona con elementos más fatales y menos libres, las impresiones y las pasiones; y desde que busca a priori un orden y una armonía, va hacia una sujeción. La ciencia no soporta otro yugo que el de la verdad.
Antes de fijarte en tu rostro, deberías preocuparte más en lo fea que eres por dentro.
La vida humana es dondequiera un estado en que hay mucho que aguantar y poco que gozar
No se puede decir nada tan absurdo como para que no haya sido dicho por algún filósofo.
No tiene un padre enemigos como los hijos traviesos.
Creatividad es ser un descubridor permanente de nuevos problemas.
Si lo deseas con fuerza, seguro que la música responderá. El piano resonara para ti.
Todo mal viene con alas y huye cojeando
En la sala de los cardenales hay frescos... también hay cuadros.
Ya no se puede decir nada que no haya sido dicho antes de nosotros
Esas acciones grandiosas y espléndidas que deslumbran, según los políticos son efecto de grandes designios, pero por lo común tan solo son efecto del talante y de las pasiones. Así, la guerra de augusto con antonio, que se atribuye a la ambición de ambos por llegar a ser dueños del mundo, tal vez no fue más que una consecuencia de la envidia.
Si he aguantado hasta aquí... es para que me perdonaras.
Antes de fijarte en tu rostro, deberías preocuparte más en lo fea que eres por dentro.
La vida humana es dondequiera un estado en que hay mucho que aguantar y poco que gozar
No se puede decir nada tan absurdo como para que no haya sido dicho por algún filósofo.
No tiene un padre enemigos como los hijos traviesos.
Creatividad es ser un descubridor permanente de nuevos problemas.
Si lo deseas con fuerza, seguro que la música responderá. El piano resonara para ti.
Todo mal viene con alas y huye cojeando
En la sala de los cardenales hay frescos... también hay cuadros.
Ya no se puede decir nada que no haya sido dicho antes de nosotros
Esas acciones grandiosas y espléndidas que deslumbran, según los políticos son efecto de grandes designios, pero por lo común tan solo son efecto del talante y de las pasiones. Así, la guerra de augusto con antonio, que se atribuye a la ambición de ambos por llegar a ser dueños del mundo, tal vez no fue más que una consecuencia de la envidia.
Si he aguantado hasta aquí... es para que me perdonaras.