me ayuden". "No merezco volver". No pienses cosas como esas. Está bien si eres un poco débil, me has salvado muchas veces, así que demuestra un poco de valor, date la vuelta.
La rutina no está tanto en las cosas como en nuestra incapacidad para crear a cada momento un vínculo original con ellas, en nuestra tendencia a leerlas por la falsilla de lo rutinario, de lo ya aprendido. Hay que seguir dejando siempre abierta la puerta al cuarto de jugar.
Hay que intentar que las grandes ideas parezcan pequeñas, superficiales, cotidianas.
Aquella conversación me estaba interesando cada vez más. Yo era igual de depravado que los demás jóvenes de mi edad, y el carácter abyecto de mi propósito me importaba un ardite ahora que se habían despertado el amor propio y todas las pasiones que se mezclan en este tipo de romances.
Ese es el potencial de esos que llamas horribles. No podrás detenerlos ni con tus horribles métodos. No importa cuánto los arrgues, o cuánto les encorves sus espaldas. Nunca podrás torcer sus espadas. No existe nada que pueda detenerles.
Jugar al abejón con alguien.
Lo mejor y lo más bonito de esta vida no puede verse ni tocarse, debe sentirse con el corazón.
Ama tu soledad y soporta el sufrimiento que te causa.
La música no dice ninguna verdad.
Convirtamos esta tormenta de agujas... ¡¡En una lluvia de sangre!!
La rutina no está tanto en las cosas como en nuestra incapacidad para crear a cada momento un vínculo original con ellas, en nuestra tendencia a leerlas por la falsilla de lo rutinario, de lo ya aprendido. Hay que seguir dejando siempre abierta la puerta al cuarto de jugar.
Hay que intentar que las grandes ideas parezcan pequeñas, superficiales, cotidianas.
Aquella conversación me estaba interesando cada vez más. Yo era igual de depravado que los demás jóvenes de mi edad, y el carácter abyecto de mi propósito me importaba un ardite ahora que se habían despertado el amor propio y todas las pasiones que se mezclan en este tipo de romances.
Ese es el potencial de esos que llamas horribles. No podrás detenerlos ni con tus horribles métodos. No importa cuánto los arrgues, o cuánto les encorves sus espaldas. Nunca podrás torcer sus espadas. No existe nada que pueda detenerles.
Jugar al abejón con alguien.
Lo mejor y lo más bonito de esta vida no puede verse ni tocarse, debe sentirse con el corazón.
Ama tu soledad y soporta el sufrimiento que te causa.
La música no dice ninguna verdad.
Convirtamos esta tormenta de agujas... ¡¡En una lluvia de sangre!!