la firme convicción en los ojos, en las voces, en la presencia de nuestros amigos. Es a través de ellos que en realidad empezamos a conocernos a nosotros mismos y es su afecto lo que nos asegura nuestra dignidad y valor.
Me gusta contemplar a los hombres geniales y escuchar a las mujeres hermosas.
Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.
—No pierde usted el tiempo, maestre —comentó el señor Turbio.
El médico contempla al hombre en toda su flaqueza, el abogado en toda su maldad, y el sacerdote en toda su necedad.
Hace falta fuerza para sustentar las palabras, pero tampoco se debe dar poder a una persona que no pueda mantener su palabra.
La memoria es como el mal amigo, cuando más la necesitas te falla
No hay un camino real para la Geometría.
Me gusta contemplar a los hombres geniales y escuchar a las mujeres hermosas.
Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.
—No pierde usted el tiempo, maestre —comentó el señor Turbio.
El médico contempla al hombre en toda su flaqueza, el abogado en toda su maldad, y el sacerdote en toda su necedad.
Hace falta fuerza para sustentar las palabras, pero tampoco se debe dar poder a una persona que no pueda mantener su palabra.
La memoria es como el mal amigo, cuando más la necesitas te falla
No hay un camino real para la Geometría.