servicio en el mismo lugar; su percepción de los sucesos del entorno se embotaba: se volvía perezoso, descuidado y, por lo tanto, inservible para sus tareas...
Creo que el ensayo como género no presume de la certeza, al contrario, el lector se hace cargo del asunto. Es una invitación a la convivencia analítica; el lector lee para ver hasta dónde está de acuerdo con lo que está leyendo.
Yo digo lo mío, tú lo tuyo y entre ambos buscamos la verdad, ¿de acuerdo?
Tengo un mapa existencial. Tiene usted está aquí escrito por todas partes.
La envidia, el más mezquino de los vicios, se arrastra por el suelo como una serpiente.
Matar o ser asesinado, esa es la regla de aquí.
Creo que el ensayo como género no presume de la certeza, al contrario, el lector se hace cargo del asunto. Es una invitación a la convivencia analítica; el lector lee para ver hasta dónde está de acuerdo con lo que está leyendo.
Yo digo lo mío, tú lo tuyo y entre ambos buscamos la verdad, ¿de acuerdo?
Tengo un mapa existencial. Tiene usted está aquí escrito por todas partes.
La envidia, el más mezquino de los vicios, se arrastra por el suelo como una serpiente.
Matar o ser asesinado, esa es la regla de aquí.