conquista a sus enemigos, ya que la victoria más dura es la victoria sobre uno mismo.
Confía, amigo: brillará la estrella del divino día, que Rusia se despertará, y, al derribar la monarquía, ¡Los nombres nuestros grabará!
Pero, ¿cómo -dije yo- podría contestar, oh, el mejor de los hombres, quien primeramente no sabe nada, y así lo confiesa, Sócrates.
No hay cosa más fácil que dar consejo ni más difícil que saberlo tomar.
El caballero es el hombre que, valiéndose de la fuerza, trabaja por la paz.
Reprendidos a Mach 20, y luego elogiados con tentáculos moviéndose... Esta inusual educación me hizo bastante feliz. Todo porque este inusual profesor, solo estaba, mirándonos.
Dicen que con la distancia todo se olvida, y yo sólo puedo decir, ¡te quiero mi vida!
Confía, amigo: brillará la estrella del divino día, que Rusia se despertará, y, al derribar la monarquía, ¡Los nombres nuestros grabará!
Pero, ¿cómo -dije yo- podría contestar, oh, el mejor de los hombres, quien primeramente no sabe nada, y así lo confiesa, Sócrates.
No hay cosa más fácil que dar consejo ni más difícil que saberlo tomar.
El caballero es el hombre que, valiéndose de la fuerza, trabaja por la paz.
Reprendidos a Mach 20, y luego elogiados con tentáculos moviéndose... Esta inusual educación me hizo bastante feliz. Todo porque este inusual profesor, solo estaba, mirándonos.
Dicen que con la distancia todo se olvida, y yo sólo puedo decir, ¡te quiero mi vida!